Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), una de las figuras más relevantes de la ciencia a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, también tuvo su relación con el frontón Beti-Jai de Madrid.
A grandes rasgos, la figura de Torres Quevedo puede resumirse como la de un Ingeniero de Caminos español de reconocido prestigio científico y técnico debido a su prolífica carrera como inventor, traducida en numerosas y diversas patentes internacionales (dirigibles, transbordadores, automática…). Sus trabajos alcanzaron resonancia internacional y son citados como precursores de la Cibernética, del Cálculo Analógico y de la Informática.
Entre sus inventos y experimentos, el Telekino, el primer mando a distancia de la historia y que fué probado en el recién inaugrurado "Centro de ensayos de Aeronáutica" que se encontraba ubicado en el frontón Beti-Jai. En La Gaceta de Madrid de 9 de enero de 1904 apareció una Real Orden del Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas en la que se incluía en la Ley de Presupuestos para el año 1904 un crédito de 200.000 pesetas destinado a la financiación de las prácticas necesarias para el perfeccionamiento del Telekino. La Real Orden informaba de la creación del Centro de Ensayos de Aeronáutica y su Laboratorio bajo la dirección de Torres Quevedo. Las disposiciones que contenía la Real Orden fueron las siguientes:
Primero. Se crea en Madrid un Centro de Ensayos de Aeronáutica y un Laboratorio anejo, dependiente de la dirección general de obras públicas, destinado al estudio técnico y experimental del problema de la navegación aérea y de la dirección de la maniobra
de los motores a distancia.
Segundo. El expresado centro estará bajo la dirección inmediata del ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Don Leonardo Torres Quevedo, cuya dirección desempeñará gratuitamente, mas percibiendo las indemnizaciones que correspondan a los gastos que le imponga el ejercicio de su cargo y las de los viajes en España o en el extranjero que exijan
los estudios y trabajos necesarios para la realización de su cometido.
Tercero. Las atribuciones del director del Centro de Ensayos de Aeronáutica serán las siguientes:
a) Proponer el arrendamiento del local o locales necesarios para la instalación de dicho Centro y de su Laboratorio, con todos los servicios de su dependencia, sometiendo a la Dirección general de Obras Públicas el contrato de dicho arrendamiento para su debida aprobación.
b) Nombrar y separar el personal que necesite, que habrá de depender del expresado director, con los sueldos, jornales y gratificaciones que les señale, dando cuenta de ello a la Dirección General de Obras Públicas.
c) Proponer la adquisición de material necesario para la instalación del Laboratorio y para los ensayos, así como todo lo que estime conveniente, previo presupuesto que deberá someterse a la aprobación del Ministerio.
d) Presentar al comienzo de cada año el presupuesto general comprensivo de todos los gastos permanentes y eventuales para el Centro de su dirección.
e) Disponer libremente la forma y condiciones en que hayan de realizarse los ensayos y trabajos propios de su cargo.
f) Disponer los estudios y prácticas que deban realizarse en España o en el extranjero para que pueda oportunamente autorizársele para emprender los viajes consiguientes.
g) Noticiar cada tres meses a la Dirección General de Obras Públicas el estado y marcha de las experiencias, estudios y trabajos dependientes del servicio de su dirección.
h) Rendir cuenta trimestral justificada de todos los gastos del expresado Centro en el indicado período para la oportuna aprobación de las mismas.
Cuarto. La dirección general juzgará acerca de la conveniencia y dispondrá en su caso la publicación en la Gaceta de Madrid de la marcha de las experiencias o estudios que se realicen
en dicho centro, previa la oportuna consulta con el director del mismo.
El Telekino en el Frontón Beti-Jai (1905). La Ilustración Española
En Marzo de 1905, en la cancha del frontón de Beti-Jai en Madrid, Leonardo Torres Quevedo realizó los primeros ensayos públicos, utilizando un triciclo para tal fin. La crónica fue recogida por Boletín Industrial (“El Telekino del Sr. Torres Quevedo”. Boletín industrial, órgano oficial de la Asociación de Ingenieros Industriales, 5 de Abril de 1905, Madrid.), que realizó las siguientes apreciaciones:
Ya tienen noticia nuestros lectores de este curiosísimo invento, que está llamado a ser un éxito universal para su autor, tan pronto como experiencias y perfeccionamientos próximos lo hagan absolutamente práctico. Durante una de las últimas tardes de Marzo pasado, el Sr. Torres Quevedo tuvo la amabilidad de verificar unas interesantes pruebas de su invento ante los profesores de la Escuela de Ingenieros Industriales y la mayor parte de los alumnos que cursan la misma en los últimos años de carrera.
No podemos por hoy dar detallada noticia a nuestros lectores de lo que es el invento, pero la muchísima amabilidad con que el ilustrado inventor se nos ha ofrecido nos hace concebir la esperanza de que muy pronto podremos ampliar nuestra información y hacerla más técnica que ahora.
Aún a riesgo de decir algo ya sabido, indicaremos que esta invención tiene por objeto transmitir órdenes a distancia y hacer que esas órdenes sean ejecutadas por un aparato capaz de imprimir el movimiento dispuesto a un vehículo, un tren, un buque, etc.
(…) Repetimos que hemos de procurarnos los antecedentes y, a ser posible, dibujos, que el Sr. Torres Quevedo tenga a bien proporcionarnos para que el Boletín Industrial honre con su publicación y nuestros compañeros formen cabal concepto de tan utilísimo invento.
Lo que sí podemos añadir es que los que tuvimos la satisfacción de presenciar las pruebas del Beti-Jai quedamos admirados de la inconsciente y puntual obediencia del aparato, que retrocedía, adelantaba, paraba o se ponía en marcha a derecha o izquierda según las órdenes
que previamente nos anunciaba su inventor.
Y no sólo somos nosotros los admirados, sino que los sabios miembros del laboratorio de la Soborna han admirado también la utilísima y muy curiosa aplicación que ha hecho el Sr. Torres Quevedo de las ondas hertzianas. Mucho agradecemos al distinguidísimo Ingeniero sus atenciones para con nosotros y mucho le deseamos que el éxito corone sus esfuerzos
y que a nuestro modesto aplauso y nuestra simpatía por su obra se unan las simpatías y los aplausos del mundo entero.
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