Ya desde 1982, viene siendo denunciado en diversas instancias administrativas y de medios de comunicación, el intento de recalificación del edificio y solar del Beti-Jai con objeto de aprovecharlo con fines urbanísticos especulativos.
Tras un complejo y oscuro proceso jurídico, prácticamente desconocido, en el año 1989, el edificio pasa a ser propiedad de la sociedad LAMPLOUGH INVESTIMENT SERVICES LIMITED, sociedad instrumental de inversión inmobiliaria de la PSA-CITRÖEN francesa.
En el año 1994 se constituye en Madrid la “Sociedad Frontón Jai-Alai Madrid”, por parte de una persona que pretendía la rehabilitación del frontón. El entonces altruista objetivo no era otro que recuperar el edificio y reintroducir el Deporte de Pelota en la capital. La “Sociedad Frontón Jai–Alai Madrid”, acaba perfilando el Proyecto de recuperación del “BETI JAI”, en estado casi ruinoso, con objeto de salvar un Monumento arquitectónico, en su día declarado Bien de Interés Cultural (B.I.C.) por el Patrimonio Nacional (11-02-1991). Todo ello conlleva innumerables y prolijas gestiones que culminan en la Alegación presentada al Plan General de Urbanismo de Madrid (P.G.O.U.M) (12/10/1995) con resolución satisfactoria en cuanto a la conservación arquitectónica del edificio y su uso principal como Juego de Pelota. Posteriormente, esta Sociedad cambia de denominación a la de “Frontón Beti-Jai S.L.”.
Se producen múltiples gestiones con entidades públicas y privadas para este fin pero no acaban de fraguar. Finalmente se entra en contacto con varias personas, alguna de las cuales gestionaba varios frontones en el País Vasco. Dada su dilatada experiencia en la gestión de éste tipo de espacios el futuro del Beti-jai, al contrario que en años anteriores, parecía ver la luz. De nuevo se abre la esperanza de abrir un frontón en Madrid y recuperar el juego de pelota. El Proyecto contemplaba no sólo la explotación industrial del frontón -ingresos a través del espectáculo de pelota y las apuestas-, sino la dotación polideportiva para uso público ciudadano –tan escaso de instalaciones en Chamberí-, el alquiler del espacio para eventos diversos, etc, etc ... todo aseguraba el éxito de la operación y el fututo del Beti-jai. Pero no todas las historias tienen final feliz.
Nace así la empresa “Nuevo Frontón Bet-jai S.L” (1998) de la cual es excluido mediante engaño y fraudulentamente el promotor de la Empresa anterior quien había llevado a cabo todo el trabajo y conseguido la compraventa. La transacción se realizó por 385 millones de pesetas de la época, aproximadamente 2,4 millones de euros. Un precio muy bajo ya que, al estar protegido como Bien de Interés Cultural, el solar del Beti-Jai carece de valor económico, y, además, está declarado su uso para "fines deportivos". Este fue uno de los principales motivos por el que hizo que, su antiguo propietario -la sociedad LAMPLOUGH INVESTIMENT SERVICES LIMITED-, se deshiciese de él a ese precio.
Nada más realizar la operación, la empresa “Nuevo Frontón Bet-jai S.L” inscribió el edificio en el Registro por un valor catastral de 500 millones de pesetas (3 millones de euros aproximadamente). He aquí el primer pelotazo. 115 millones de pesestas (690.000 € aprox.) de beneficio al escriturar el edificio y sin mover un dedo.
El segundo movimiento fue mejor. Una vez firmado todo, los flamantes nuevos propietarios cambian su idea: ya no habían comprado un frontón, sino 4.000 metros cuadrados de terreno, en pleno centro comercial y financiero de Madrid, a escasos 100 metros del Paseo de la Castellana. El engaño se había consumado. Ahora sólo quedaba conseguir la descatalogación del inmueble y el negocio sería redondo. Pero eso... es otra historia ...
1 comentario:
Que curioso todo, pero como muchas cosas del suelo. Claro que ahora la cosa ada mal y a lo mejor sueltan el edificio porque ya no vale lo que piensan y se van a otra parte.
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